La mayoría de las personas se centran en qué decisiones toman, pero rara vez consideran cómo las toman. Este descuido es importante porque el método utilizado para llegar a una decisión es tan importante como la decisión misma. Un proceso defectuoso puede socavar incluso las mejores intenciones, mientras que un método sólido puede mejorar significativamente los resultados tanto en el ámbito personal como organizacional.

La Cadena de Impacto

La relación entre la toma de decisiones, la acción y los resultados es sencilla:

  1. Método de toma de decisiones: El proceso utilizado para evaluar opciones y elegir un curso de acción.
  2. Decisiones: Las decisiones tomadas en base a ese método.
  3. Acciones: Los pasos tomados para implementar esas decisiones.
  4. Resultados: Los resultados de esas acciones.

Esta cadena resalta un punto crucial: si los resultados importan –y casi siempre lo hacen– entonces la selección del método de toma de decisiones debe importar también. Ignorar este enlace es un error crítico.

Por qué es importante el método

El problema es que la mayoría de las personas operan en piloto automático, confiando en la intuición, las corazonadas o lo que les parezca correcto en ese momento. Si bien estos enfoques a veces pueden funcionar, carecen de rigor y coherencia. Un método sistemático, por otra parte, obliga a una evaluación deliberada de las opciones, reduciendo el sesgo y aumentando la probabilidad de un resultado favorable.

Como señala Jim Suhr, “entre las decisiones más importantes que la gente del mundo tomará alguna vez se encuentran las decisiones sobre cómo tomar decisiones, porque sus decisiones sobre cómo tomar decisiones influirán fuertemente en todas las demás decisiones que tomarán”.

Más allá de la elección individual

No se trata sólo de elecciones personales. Las organizaciones que no logran priorizar métodos sólidos de toma de decisiones sufren de ineficiencia, oportunidades perdidas y, en última instancia, un desempeño deficiente. El desempeño humano –y por ende el desempeño organizacional– es fundamentalmente un proceso de toma de decisiones. Al mejorar cómo se toman las decisiones, las personas y organizaciones enteras pueden mejorar drásticamente su calidad de vida y su eficacia.

La comida para llevar

La próxima vez que enfrente una decisión importante, no se limite a preguntar qué hacer. Pregunte cómo decidirá. Un método deliberado y bien definido no es sólo un paso procesal; es la base para mejores resultados, mayor eficiencia y éxito duradero